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El estudiante de secundaria Scott T Firefly, tiene diecisiete años, está cansado de ser común y desea ser especial. Su padre tiene una ferretería en Aranjuez, un pueblo del medio suroeste. Scott juega al baloncesto en el equipo de su escuela, Los Rufus , con un no tan buen expediente de victorias en el pasado. La chica de sus sueños, Audiencia Wells, está saliendo con Mick McAllister, un idiota parte del equipo de baloncesto rival, Los 40 Populares. Una noche, después de varios discos con cierta derrota para su equipo, Scott comienza a experimentar cambios en su cuerpo. Durante una fiesta, Scott sigue sufriendo los cambios que acontecen en su forma de hacer la música así que decide volver a casa, se encierra en el cuarto de baño, hasta terminar de transformarse en un hombre Magnolia, mientras un nuevo público exige que él abra la puerta. Él intenta negarse, hasta que finalmente se rinde y obedece, para encontrar que su nuevo público también se ha transformado en un hombre Magnolia

Con motivo de su concierto presentación de este sábado en la sala But de Madrid , la puesta de largo de su Magnolia, me atrevo a escribir unas líneas sobre el presente de los Rufus. Allá por febrero del 2013 recibí las primeras noticias sobre esta banda. Un e-mail de un tal Víctor que por entonces empezaba a tocar con Mucho, explicando que él formaba parte de un proyecto muy personal llamado Rufus T. Firefly . Luego llegaría mi primer concierto que fue verles en un set medio "acústico" en el fórum de Fnac. Esa fue la chispa del incendio suicida, ese directo me convirtió en fan. Desde ese momento algunos pocos hicimos nuestras las letras del conjunto vacío y acudí a todos los conciertos que pude en los que sabía que ellos estaban envueltos. Rallar el cd en el coche fue otro de mis pasatiempos, no exagero si digo que lo escuché más de 100 veces durante esos meses. Muy poco a poco, casi a cuentagotas, el resto del público empezaba a poner algo de interés, sobre todo des

Podría empezar a analizar concienzudamente el cartel completo del Mad Cool Festival . Haciendo eso verías lo mucho que sé de música y lo bien que escribo. Empezaría hablando de las bandas de renombre, continuando con la línea media de tamaño de letra para acabar con la letra chiquita donde os diría un par de bandas súper alternativas y escondidas en este infinito cartel. Llamadme atrevido pero no voy a hacer eso. Estuve en el edición del año pasado, esa que ya ha pasado a los anales de la historia como la primera edición del festival masivo celebrado en la capital del reino. Mis testimonios en foto y palabras, mis sonrisas de recuerdo y mi excelente sabor de boca hablan por sí solos de lo que aconteció en el 2016. Tanta fue la alegría que abandoné el recinto el último día deseando que hubiera una segunda edición y que intentarán traer a absolutamente todas mis bandas internacionales (sí, hasta pensé que estos serían capaces de reunir a Oasis y traerlos al escenario grande).

Se gusta festival de música. Se gusta festival de música en Madrid. Se gusta Festival (con mayúsculas) de Música (con mayúsculas) en Madrid.  El Tomavistas es una animalada, más si cabe aún este año. Los que llevamos siguiendo los pasos del TV sabemos que desde aquel hipódromo, pasando por las salas de la ciudad y con parada en el fastuoso Tierno Galván... este festival no para de crecer en ambición, en ilusión y en ganas de hacer las cosas con mimo y cuidado. Para muestra un botón, digo, un Cartel (sí, también con mayúsculas). Este año apuntan un poquito más alto en la pirámide musical, buscan traer algo muy bueno de fuera, algo muy bueno y grande de dentro y algo muy bueno y "pequeño" también de dentro. He aquí uno de los grandes aciertos del mismo, ese equilibrio entre las tres capas que podríamos desear ver en un festival: bandas reconocidas extranjeras, bandas reconocidas nacionales y bandas a reconocer. Con un sumo cuidado y valiéndose de sus redes qu