Como ser Mucho en Valencia.
El pasado fin de semana me invitaron a pasar el mismo en la ciudad de Valencia. Estos amigos que tanto adoro además tuvieron a bien comprarme por sorpresa la entrada para ver a MUCHO en la sala Loco Club.
Ni un viaje larguito con la hora justa, ni el correspondiente frío de esta época, me impidió llegar (además de que el horario se retrasó un poco).
Después de unos ¿Qué hacéis aquí? y unas risas bien regadas, el grupo local PELICANO abría la noche y nos servía una ración de pop rock durante el rato antes de zambullirnos en el universo cósmico. (Sí, prometo no usar mucho más la palabra en cuestión, hermosos).
Son ya innumerables las veces que he visto en directo a MUCHO, desde su nacimiento en el 2011 hasta este viernes, posiblemente rondo la veintena de bolos grecolatinos (anoche fueron teloneros de Beady Eye en la Riviera, lástima que no pude verlo!). En todas esas actuaciones siempre he sacado las mismas conclusiones brillantes: su actitud con mayúsculas y su forma de ser diferentes en letras y referencias, les hace convertirse en una pequeña gran rara avis en esto de los escenarios patrios.
Y es que Mucho tienen el valor añadido de tener valor. Sea delante de 1000 o de 20 personas, navegan y desenlazan su apocalipsis con la misma trama: canciones de rock que azotan, estribillos que pegan y se pegan, riffs que no dejan ninguna casa en pie y ritmos que te suben a lo alto de cualquier montaña.
Con sus dos discos más que rodados y el nuevo (y rojo) ep, nos dieron una sesión completa, dicharachera (Martí puede ser el mejor showman musical del momento), sin fisuras, sonando a grupo unido y sideral y demostrando que su apuesta es ganadora, esencialmente porque son ellos los que (te) quieren ganar con cada nota.
Sus canciones, dirigidas a nuestros pechos y culos hermosos, bien pertrechadas por Vic, Carlos, Miguel y el propio Martí, consiguieron el tan deseado efecto tanto en los nuevos creyentes como en los que como yo, les seguimos el rastro meteórico desde sus inicios.
Nunca jamás me aburro en un concierto suyo, nunca jamás he sacado ni una sola mala impresión, en grande o en pequeño, en sala o en festival, en una ciudad o en otra... en esta dimensión o en la otra, Mucho son capaces de levantar mi estado de ánimo, mandar a la mierda cualquier sombra real o problemática (al menos me hacen creer que las puedo afrontar y sobrepasar) y me hacen ver que la primera luz del día siempre puede estar a mi lado y lo que es más importante, de mi lado.
Las risas del después, del trabajo bien hecho y disfrutado, un puñadito de anécdotas, un recorrido por la sala que tiene las paredes cubiertas de pósters, recortes y vinilos, un ep en formato vinilo perfectamente comprado y firmado por los cuatro fantásticos, pusieron el punto y seguido a la noche valenciana (pizza, pizza).
Gracias MUCHO, lo de ser hermosos se os queda corto, lo de ser cósmicos también, pero lo de ser vosotros mismos sobre un escenario... eso, siempre lo bordáis.
Con sus dos discos más que rodados y el nuevo (y rojo) ep, nos dieron una sesión completa, dicharachera (Martí puede ser el mejor showman musical del momento), sin fisuras, sonando a grupo unido y sideral y demostrando que su apuesta es ganadora, esencialmente porque son ellos los que (te) quieren ganar con cada nota.
Sus canciones, dirigidas a nuestros pechos y culos hermosos, bien pertrechadas por Vic, Carlos, Miguel y el propio Martí, consiguieron el tan deseado efecto tanto en los nuevos creyentes como en los que como yo, les seguimos el rastro meteórico desde sus inicios.
Nunca jamás me aburro en un concierto suyo, nunca jamás he sacado ni una sola mala impresión, en grande o en pequeño, en sala o en festival, en una ciudad o en otra... en esta dimensión o en la otra, Mucho son capaces de levantar mi estado de ánimo, mandar a la mierda cualquier sombra real o problemática (al menos me hacen creer que las puedo afrontar y sobrepasar) y me hacen ver que la primera luz del día siempre puede estar a mi lado y lo que es más importante, de mi lado.
Las risas del después, del trabajo bien hecho y disfrutado, un puñadito de anécdotas, un recorrido por la sala que tiene las paredes cubiertas de pósters, recortes y vinilos, un ep en formato vinilo perfectamente comprado y firmado por los cuatro fantásticos, pusieron el punto y seguido a la noche valenciana (pizza, pizza).
Gracias MUCHO, lo de ser hermosos se os queda corto, lo de ser cósmicos también, pero lo de ser vosotros mismos sobre un escenario... eso, siempre lo bordáis.
A Mar, Rafa y Tú
Toe
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