El sí a la luz de Penny Necklace.

Intento amarte pero sí puedo. Parece que estas chicas han decidido cambiar todos los "no" por una selección perfectamente sonora de "sí". Y lo hacen arrojando luz.
En la Moby Dick, el pasado viernes, dedicaron su esfuerzo, su encanto, su canto, sus dulces maneras y sobre todo, su colección de canciones pop folkie con alma, en hacernos pasar una noche irrepetible.

Y es que irrepetible es algo con lo que ando obsesionado últimamente. Acudir a un concierto no es que sea precisamente lo más novedoso para alguien como yo, por eso cuando saco la sensación de que ha sido irrepetible, único, genuino de principio a fin, es la primera de las muchas buenas señales.

Vayamos al asunto, primero espantemos pensamientos inútiles. Un grupo de chicas, solo chicas, cantando canciones en inglés. ¿Por qué? ¿Para qué? Son preguntas que nadie debería plantearse desde el mismo momento que empieza a sonar cualquiera de sus composiciones. Podríamos decir con simil fílmico, que esas dos cosas son simplemente McGuffins en el argumento de la película llena de matices que es Penny Necklace. Cantan, son, hacen y ofrecen el talento que les sale sin pensar, pensando que puede gustar a mucha gente que se atreve a investigar en pos de la luz.
Luz, la palabra que más uso para definir lo que ellas hacen. En la sala madrileña dieron el repaso pertinente a su recién iluminado disco, sin olvidar su ep Green Pine Tree, ante un público variopinto que venía más que predispuesto a dejarse ganar por el sí.
Mis momentos favoritos pasan por el siempre en tu mente. Pasan por el no puedo que se convierte en el sí, quiero. Vuelan en otoños que se colorean de primaveras y te siguen sin frenos, sobre montañas, mares, océanos y lo que quiera que se plante entre nosotros.
Y todo esto, te lo digo con las impresiones bastante sensibles. No llevo siguiendo al grupo desde su minuto cero, ni soy un perfecto conocedor de cada una de sus letras, ni pretendo decir que son la octava maravilla.
Simplemente, una noche cualquiera, dediqué tres minutos y pico a escuchar una canción. Desde entonces, un ep que se hacía corto, clips, un concierto acústico, unas cañas con risas y un arrebatador concierto eléctrico, este del que te hablo, me han convertido en un creedor del "sí", de esa afirmación positiva que la luz de Penny Necklace arroja (quizás el título no puede estar mejor definido) y que da pasos firmes buscando lo que nadie más puede conseguir: su propia luz.

La tienen, la dan.

Toe.







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