Los Planetas de mi vida
Voy a hacer varias cosas por primera vez en estas líneas. Va a ser la primera vez que relato mi experiencia en un concierto de Los Planetas, siempre me había dado respeto y nunca sentí que podría estar a la altura. También va a ser la primera vez que saco un concierto único de contexto, del contexto del magnífico festival Tomavistas de Madrid. También voy a admitir por primera vez mi condición de "pureta" (con guiño a Carla y a Lorena), entendiendo que voy a cumplir los cuarenta y llevo más de la mitad de mi vida escuchando a Los Planetas.
Admito que esa tarde del 26 de mayo solo pensaba en mis nervios por llegar en buenas condiciones al concierto de la noche. Tras jornada y media de disfrute musical, chapuzón y miles de fotos en los dos fosos, no quería que mis fuerzas me impidiesen disfrutar del concierto mayor de la fiesta.
Los primeros compases de Islamabad me golpearon desde el buffle izquierdo del escenario principal del Tomavistas. Observaba las luces casi apagadas mientras uno a uno los cinco planetas acudían al rezo, al rezo con sus trece mil súbditos expectantes. Borbotones de emociones me hacían coger la cámara para empezar a disparar fotos sabiendo que tenía al Grupo delante de mí. Tan cerca, tan alto, tan profundo... esas tres canciones dentro del foso no las olvidaré nunca. Mientras intentaba abrirme paso por las luces oscuras y cantando entre dientes Si nadie te da calooor pensaba en las miles de horas invertidas en la música de Los Planetas, en los momentos altos y bajos en los que ellos me han acompañado durante más de veinte años.
Se sentía de cerca que la noche iba a brillar, que la banda andaba en buena forma, que estaban comprometidos en llevarse la medalla de oro.
A medida que salía del foso y me dirigía a mi hueco en la grada poblada pensaba en esas miles de almas, en que estarían pensando y sintiendo, en quien estaría ahí de verdad y quien estaría ahí solo por ser parte del festival. La eterna dicotomía entre los fanáticos y los odiadores, ya sabes. Poco me importaba el resultado de esa reflexión, yo solo quería mirar de reojo al escenario y no tropezarme con nada hasta llegar a mi espacio al lado de la tienda de sonido.
Me imagino a los cinco tratando de trazar un setlist festivalero capaz de contentar a miles de fans. Creo que es algo imposible, algo totalmente subjetivo y que cambia a cada segundo antes de salir al escenario. Esta elección de este día en concreto, pienso que fue un acierto. Cubrió toda su carrera, todos sus palos, todos sus subidones y todos sus correspondientes bajones. Con un sonido claro y con la voz comandante de Jota, Los Planetas recorrieron todas esas corrientes circulares que han pulido durante este tiempo con diferentes papeles de lija para dar brillo a composiciones nuevas y viejas.
Mi cara y mi garganta de Santos, mi cabeza giratoria en Corrientes, mi tercera voz después de Ana en No sé como te atreves, la luz del Buen día... hasta mis pelos totalmente de punta con Segundo Premio (la mejor canción pop de la historia en castellano, eso es así punto). No faltó de nada y nos faltó todo porque te aseguro que hubiéramos querido otra hora más de show.
No sé muy bien como describir mi cara de satisfacción con los últimos acordes de De viaje y los varios minutos de aplausos posteriores. Creo que mis acompañantes sabían perfectamente al mirarme a los ojos que la emoción me había embargado y que la causa había sido esa gran hora y media de Los Planetas.
Sé que la música está conectada a momentos, a partes e instantes de tu vida, a vivencias y recuerdos de esas vivencias donde sentiste que había una banda sonora particular, una banda sonora que nunca jamás olvidarás. Para mí Los Planetas (y es aquí donde están las líneas puretas) son algo más que una banda sonora, son algo más que los momentos que he vivido mientras los he escuchado. Para mí Los Planetas son mi estado sentimental esencial en el cual soy el más poderoso de mi propio mundo y en el cual escribo mi propio universo. Y esto amigos es muy difícil de conseguir y ocurre muy pocas veces en la vida. Es por todo esto que siempre que voy a un concierto suyo digo que Voy a Misa o que Voy a Comulgar. Puedes llamarme pureta, fanático, satélite o lo que te plazca pero la verdad es que simplemente soy alguien que disfruta de la música y que venera lo que siento con LOS PLANETAS.
Toe
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