¿Qué queréis que haga? ¿Buscar la protección de un hombre importante y, como una enredadera, trepar por un árbol y no resistir yo solo? ¡No, gracias! ¿Ser un mandril con la vil esperanza de obtener la sonrisa de un rostro frío? ¡No, gracias! ¿Desayunar un sapo todas las mañanas? ¿Arañarme las rodillas y doblar mi columna vertebral para arrrastrarme haciendo contorsiones? ¡No, gracias! ¿Que mi mano izquierda rasque la espalda de algún potentado para poder conseguir una moneda mientras la mano derecha muerde el polvo y recibe la recompensa? ¡No, gracias! ¿Usar los dones que Dios me ha dado para quemar incienso todo el día? ¡No, gracias! ¿Luchar para insinuar mi nombre en las columnas de la Gaceta, intrigar, maquinar, tener miedo, temer que no aprecien mi talento, ser adulador, distribuir mil cumplidos? ¡No, gracias! ¡No, gracias! ¡Y otra vez no, gracias! En cambio, ¿cantar, reir, caminar a mi modo, soñar, libre para ver las cosas como son, una voz que es ...