Hey, los últimos tiempos han sido inquietos, intensos y terremóticos en mi planeta. Tener la verdad revuelta por toda la casa y saber que no puedes dejar la casa en pie. Salir de ella y encontrar la luz y la luna en un lugar mucho más allá de tu imaginación, tan lejano que va a ser inalcanzable. Cruzarse y compartir momentos con gente inesperada o gente recuperada o gente nueva, musical o no, y ver que tienes sensibilidades que pueden ser entendidas pero que quizás no lo sean nunca. Darte cuenta de las miles de casualidades y decisiones que tomamos a cada segundo de esta vida que se puede ir en un precioso funeral al estilo americano. Todo esto, por supuesto, aliñado con música, la música que me acompaña y que nunca se va, que nunca me dice que no, que siempre tiene una sonrisa para mí, o un hombro sobre el que lamentarme. Prometo que a partir de ahora, volveré a escribirte, a decir, a emitir... resetear mi mente y asomarme a la reja de este blog. Al fin y al cabo, saber que me lees es