EL PUNTO EXACTO


¿Sabes en qué punto exacto pasas de estar bien a estar mal? ¿En qué momento pasas de la sonrisa al llanto? ¿Del amor al odio? ¿De la confianza absoluta a la decepción y la desconfianza?
La gente dice que esto es un proceso. Sentimientos que poco a poco van cambiando y se van transformando. Pero yo creo que no es así. Creo que hay un momento en el que sucede “algo” que hace poner un punto y aparte a lo que antes podías sentir o pensar.
No me refiero sólo a parejas o amigos. No es algo tan simple. Me refiero a todo lo que nos mueve y nos rodea, a todas las emociones y sentimientos que te hacen estar, a veces, como en una montaña rusa.
Tengo la sensación de que estamos llenos de resortes y que cuando se tocan de manera correcta te transformas y, lo más increíble, es que tienes la capacidad de transformar al otro.
Esto me preocupa. Me preocupa no saber cuáles son esos resortes de las persona, saber pulsarlos correctamente y, sobre todo, hacer saltar lo positivo, lo que hace feliz a los demás. Pero, ¿por qué todo se decide en un abrir y cerrar de ojos?
Has pensado en qué es lo que provocas en los demás. Aunque el tema no es ése, no es hacer lo que quiere el otro; es cuestión de empatizar, de sufrir-con, de reir-con, de llorar-con…
Y esto es difícil, ¿verdad? Porque, de repente, te invade el miedo. El miedo a ser capaz de comprender a los demás y darte cuenta de que lo que tú piensas, en lo que tú crees y por lo que tú te mueves seguramente no es ni lo mejor ni lo que el otro espera de ti.
Por eso, mientras pensaba en ese punto exacto en el que todo cambia, he llegado a la conclusión de que lo que nos pasa… lo que me pasa... es que tengo miedo a ser juzgada, a no ser perfecta, a no estar a la altura del otro. En vez de estar CON el otro. No se puede dejar de querer de la noche a la mañana y pasar del blanco al negro como si esa decisión no afectara a nadie, cuando cualquier mínimo movimiento o decisión afecta en nuestro alrededor más de lo que pensamos.
Tenemos miedo a querer y a que nos quieran y eso nos hace ser infelices. Y nos lleva a convencernos de que realmente existe un punto exacto, un instante, en el que todo se transforma.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
SIN PALABRAS NI PUNTOS EXACTOS
BUENA REFLEXION PERLA
LA VIDA ES TAN DIFÍCIL!!!!

ADEMAS TU SIEMPRES TOCAS EL PUNTO EXACTO, EL PUNTO EXACTO DE LA SONRISA, POR ESO ERES TAN ÚNICA.
BESOS
TOE

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