Once upon a time...

Nos encontramos como bombillas despistadas que buscaban la luz para iluminarse.
Nos miramos tímidamente rodeados de gente y música, que solo oíamos nosotros.
Nos mezclamos, buscándonos, reconociéndonos, sabiendo que eramos "eso" que nos faltaba.
Despreciamos el destiempo como si nos fuera la vida en ello.
Nuestros corazones se llenaron de colores que se salían de nuestro pecho.
El tiempo se paraba cuando estábamos júntos, y pensábamos que quizá tendríamos el poder de congelarlo.
Vivimos una experiencia real dentro de un mundo fantástico que nosotros construimos a medida.
Alimentamos nuestro alma, nuestros anhelos para formar enormes pompas de jabón, que apenas duran en el aire.
Veíamos todo posible, dentro de lo imposible e hicimos nuestro eso de que "la vida es sueño", pero no es cierto que "los sueños, sueños son". Los sueños hacen que nuestro día a día sea más soportable; son en gran parte, nuestra excusa para no separarnos del mundo conocido.