La Habitación Roja, electrizando la Joy.
La Habitación Roja
ELECTRIZANDO
+ Jonston
En la Joy Eslava de Madrid.
Esa luz brutal que ciega hasta quemar retinas, voluntades y algo más. Supongo que debería empezar esta crónica con algo más estándar. Si me has leído alguna vez, ya sabes que no suelo ser muy normal en esto. Y es que de normal no tuvo nada el pasado viernes. La Habitación Roja conseguían llenar la famosa sala de la calle Arenal de Madrid por primera vez en su historia. Como si de un viaje a Siberia volvieran, los chicos que nunca ganarán el mundial se presentaban eufóricos y en condiciones óptimas (lo del Jack Daniel´s Festival fue...) en la capital con su Fue Eléctrico afianzado en nuestros oídos.
En una tarde lluviosa y de "pelearse" por la huelga del transporte público subterráneo (vaya viajecito), Jonston y su powerpop delicioso en castellano abrían el telón. En formato trío y con canciones llenas de buenos ritmos y letras con cierto toque Algora, nos dieron un buen recital sin duda alguna. Mi preferida: esa Apaga y Enciende, que te lleva de aquí a San Francisco pasando por una Malasaña soleada.
Tras un ratito de espera, la tormenta eléctrica comenzaba. Jorge, Pau, Jose, Jordi y Marc saltaban al campo con las caras sonrientes. Y es que evitar sentirse felices por la nube de gente que llenaba la Joy era imposible. Querría quererte como tú te mereces. Tan adentro, llevarte tan adentro como tú me has llevado.
Esta frase de su ya famoso Ayer parecía grabada a fuego en los chicos.
Comenzar con un golpe en la mesa y soltar los hits de su nuevo disco de golpe. Sí, lo hicieron. Sí, los propulsaron con una contundencia pasmosa. Sí, los cantamos todos como si fuesen los clásicos que siempre serán modernos. El resplandor, Siberia... Annapurna. Con un disco tan rotundo como este último, LHR expone todas sus relámpagos casi en el orden del disco, y lo hacen con tal intensidad que absorbe.
Salpicando de sabor Universal y sacando los ases de esa manga ya histórica, nos ponen en bandeja Nunca ganaremos el mundial y Van a por nosotros seguidas. No podemos contener todas las emociones. Yo ya no quepo en mí y todavía nos convertiríamos en Indestructibles. Para mí, la mejor canción de F.E., fue excelentemente interpretada por el público. Sí, es una canción "karaoke". Un temazo para llenar estadios diría yo. Un temazo para romper y rearmar corazones. Tú me repites una y otra vez que ya no sientes lo que un día fue, la fuerza que nos mantendría unidos ante el más fatal de los destinos. Quizás fue el momento más emocionalmente intenso de la noche, osaría decir, que fue casi el más emotivo de la carrera de LHR.
Entre Febreros y recuerdos llegamos a la traca final pasando por Escandinavia y recordando ese Ayer en el que no te quise como debería quererte pero que remedio ahora mismo con unas dos mil personas bailando hacia la meta de un concierto para enmarcar en nuestras retinas y degustar con nuestra parte más tierna del corazón.
Con una visita nostálgica a su Habitación y el tiempo justito para despedirse emocionados (Jorge estuvo a punto de llorar y nosotros también ante el aviso de "Nos cortan" por falta de tiempo) desenchufamos este aparato de alto voltage llamado LHR. Aplausos cerrados, caras felices y la memoria llena de bonitas melodías que se quedarán con nosotros por si acaso una avalancha nos sepulta en las alturas.
Gracias LHR por toda vuestra música. Gracias por luchar. Gracias por creer que se puede creer y sobre todo gracias por saber transmitir toda vuestra pasión a todos nosotros desde hace tantos años, y hacerlo ELECTRIZANDO nuestros corazones.
Toe.
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