Helena es Amor






Uno, dos, preparados, vamos.
Cultiva unos pies grandes, agujeros en la historia,
Es donde me encontrarás, donde encontrarás que
Todo es Amor.

Helena es amor. Hace ya unos cuantos días que Helena Goch se presentó en sociedad con sus pequeños hombres azules en la gran sala El Sol de Madrid. Posiblemente ella se ha convertido en una de las mayores sorpresas de este último tiempo. Tal vez la suerte de meter su Perhaps en una campaña comercial íntima, tal vez la suerte de contar con Julio de la Rosa como padrino o tal vez su talento innato, han servido precisamente para eliminar todos los talveces del mundo de una tacada, mejor dicho, de 10 tacadas. Las preciosas diez canciones que ha enmarcado en un disco ensoñador, que brilla y late en pos de más y más escuchas.
En El Sol vimos toda su esencia. Desenfado, frescura, naturalidad, contagio, alegría, brillo... una gran totalidad de palabras que beben del positivismo sin freno que la propia Helena transmite con cada canción, gesto o palabra. 
Tuvo a bien  desgranar todas las partes de su flamante disco mientras salpicaba los intervalos con gracias y explicaciones sobre los recovecos de unas canciones demasiado especiales como para ser pasadas sin fijar nuestro sentimiento en ellas.

Y es que la verdad es que Helena es amor, amor por lo que hace, amor por cada pasito que va recorriendo, amor por agradecer que sus nuevas oportunidades por fin lleguen, amor por asegurar en el ahora todo ese antes tan lleno de duro trabajo, amor por mirar adelante con la chispa capaz de encender el sendero de una música que ella lleva bajo el brazo de forma natural.
No pudo faltar Julio a su lado, atento y nervioso entre el público, observó como un buen mentor que es, que las tablas de Helena son igual de luminosas que ella y lo comprobó cantando su Mid-turn a medias sobre un escenario que en ese momento era del todo, supremo.

Amor, es un misterio
Es donde me encontrarás, donde encontrarás que
Todo es Amor.

En Trafalgar me quedé, mi canción favorita de HG, sin duda alguna. Una pieza que ya hace tiempo me cogió por sorpresa para llenarme de sorpresas, susurrarme que las cosas bellas siempre están cerca si las buscas con los ojos correctos y que las canciones (que me gustan) tienen más poder que cualquier otra cosa que yo conozca.

Y con esta reflexión, gracias a Helena, salí bien acompañado de una sala que brilló mucho y muy fuerte a la par de una sonrisa, la de Helena, que luce auténtica y descarada en un mundo que ahora más que nunca necesita Amor del bueno.

Toe.

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