Rufus T. Firefly, qué ha cambiado.


Con motivo de su concierto presentación de este sábado en la sala But de Madrid, la puesta de largo de su Magnolia, me atrevo a escribir unas líneas sobre el presente de los Rufus.

Allá por febrero del 2013 recibí las primeras noticias sobre esta banda. Un e-mail de un tal Víctor que por entonces empezaba a tocar con Mucho, explicando que él formaba parte de un proyecto muy personal llamado Rufus T. Firefly. Luego llegaría mi primer concierto que fue verles en un set medio "acústico" en el fórum de Fnac. Esa fue la chispa del incendio suicida, ese directo me convirtió en fan. Desde ese momento algunos pocos hicimos nuestras las letras del conjunto vacío y acudí a todos los conciertos que pude en los que sabía que ellos estaban envueltos. Rallar el cd en el coche fue otro de mis pasatiempos, no exagero si digo que lo escuché más de 100 veces durante esos meses. Muy poco a poco, casi a cuentagotas, el resto del público empezaba a poner algo de interés, sobre todo después de verles en directo donde las canciones se hacían personajes inolvidables, emociones puras.
Paralelamente a este camino, pude conocer a los integrantes de Rufus, charlé muchas veces con ellos, hablamos de muchas cosas y recuerdo que casi siempre solíamos terminar las conversaciones con un "Ya veréis, la gente os va a escuchar y van a flipar". En medio de todo esto recuerdo también lo extremadamente difícil que les resultaba que alguien les diera una oportunidad en festivales y salas de España, ellos no lo escondían e incluso lo hacían saber a los cuatro vientos.
Más tarde llegaría el Grunge, el hacemos lo que queremos y sentimos (emblema que se empeñan en defender). Un "picar piedra" infinito en el cual subían a tomar aire cada vez que alguien nuevo reconocía el valor del talento musical que mostraban.
Nueve empezó a confirmar muchas cosas. Una realidad alternativa donde RFTF podía brotar sin miedo, donde las letras convertían en cenizas cualquier mal pensamiento, donde cualquier avispado e intrigado ser era bienvenido. Por supuesto, significó que muchos nuevos atrevidos tomasen el camino de las llamas y se quedasen en el lado lisérgico. También abrió puertas e hizo visible lo que algunos ya nos empeñábamos en reclamar desde hace tiempo, los súper-poderes de Rufus.

Tal fue el esfuerzo y la recompensa que incluso hubo terremotos dentro de la banda. Una carrera de fondo desgasta después de 10 años y recoger lo cosechado a veces no es fácil de digerir. En el camino la bella Sara y el carismático Alberto decidían que Nueve sería su final de paréntesis con Rufus. 
Magnolia se parió en la sombra, con pedacitos de información nos ibamos enterando que este iba a suponer un nuevo enfoque, unos Rufus "punto dos", una sobredosis de color inundaba las explicaciones que la banda iba soltando en las así llamadas redes sociales. El caso es que la flor llegó y conquistó de forma inmediata a nuevos y viejos seguidores. Con un imaginario de lo más brillante de la cultura pop reciente, con las influencias a flor de piel y con unas letras diferentes pero a la vez conocidas, Magnolia lleva rodando unos meses en nuestros corazones. 
Los primeros contactos con el directo actual funcionan, llenan, te hacen disfrutar. Hace poco los vi en el Wic de Segovia. Con un set que se nutre de lo más nuevo y con un concepto claro de pensar en positivo, los cinco Rufus son LSD, una droga alucinantemente contagiosa y llena de vida. Este sábado en Madrid vas a ser testigo y más tarde, cuando digieras lo que vas a ver, volverás a leer estas líneas y me darás la razón.

Si te preguntas qué ha cambiado en RFTF, por qué ahora sí llegan a más gente, por qué están en boca de todos... te recomiendo que busques tus propias respuestas. Yo, como seguidor cercano, tengo las mías pero en el fondo, aunque algunas formas y personas sí hayan cambiado, el espíritu del bosque sigue vivo y tiene ganas de morder.


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