Vega documentada
Anoche acudí al estreno en pantalla del documental La reina pez: 10 años remando. Se trata de un documental de 56 minutos que la artista Vega realizó junto a su equipo durante la grabación de su último disco. Está dirigido por Ezequiel González Enís y es una maravilla.
No tengo muy claro cual será el recorrido de este documental, si se añadirá como contenido extra, si se publicará en internet, si será muy difícil de ver o adquirir... el caso es que soy uno de los afortunados que por 3 € fue capaz de ver este gran proyecto.
Vega afrontó La reina pez como un disco especial donde apostar todo con todo. Con una intención clara y rodeándose de un equipo internacional y el productor Sebastian Krys, la artista ha encontrado la mejor y más fuerte versión de sí misma (o eso se desprende de sus canciones y del minutaje del documental).
El metraje va desvelando todos los pasos desde Madrid, pasando por los Hansa Studios de Berlín e incluso por L.A., de la construcción de LRP. Momentos íntimos, sinceros, estresados, cercanos e imposibles de ver para el público de a pie, dan cabida a las canciones de un disco que suena grande, bien hecho y bien trazado.
Pero no es solo eso. Además de la siempre bonita y necesaria (para los que amamos la música) experiencia de ver como los artistas que nos gustan crean su arte, en este documental podemos ver y palpar la personalidad de Vega. Tras 10 años de carrera al margen de todas las etiquetas y tras quitarse el sambenito del dichoso programa televisivo, Vega muestra una cara firme de artista comprometida en pos de dar su visión musical y emocional de sus creaciones. Una mujer en un mundo de hombres que tiene algo que decir y que lo dice de frente, cueste lo que cueste.
Muchos podrán pensar que es fácil "aprovechar" la corriente actual feminista pero con poquito que conozcas a Vega sabrás que ella no es así, que ella realmente se esfuerza en luchar por ser mujer y ser artista. Tras los 56 minutos de pantalla, esta es una de las reflexiones más directa que extraje y que espero comentar con ella en algún momento.
Por si esto fuera poco en el documental podemos meternos en la cocina de los míticos estudios berlineses (¿estará el espíritu de Bowie danzando por allí?) y podemos ver como se trabaja de forma humana, disciplinada y artística desde unos acordes desenchufados hasta las más particulares cualidades de las miles de tomas necesarias para montar una canción acabada. Me gustó mucho la reflexión de Vega donde valora muy positivamente a la banda profesional que le acompaña, que le arropa y que da forma a su música en estos diez años de carrera.
En definitiva, fue un placer acercarme a la Sala Berlanga, fue un placer ver este documental, fue un placer descubrir las entretelas de la música de Vega. Hoy es un verdadero placer escuchar esas canciones, verlas con otros oídos y escucharlas con otros ojos.
Toe
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